miércoles, 11 de agosto de 2010

Amor


Ya no más de aquello,
que tristemente acabó con la humildad,
aquello que desgasto el deseo,
lo mismo que destruyó mi tranquilidad.
Sigilo en la noche,
no revela mis intenciones,
no despliega soluciones,
no convence a las mentes.
Sígueme, toma mi mano,
arrastremonos por el lodo,
que ahora es agua cristalina,
se la dulce brisa que me domina.
Crucemos danzando las montañas,
acabemos con las amenazas.
subamos, subamos, subamos
y gritemos en lo alto,
te amo, te amo.

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