La lluvia recuerda la emoción de tus labios,
que momento aquel cuando mis manos te tocaron,
que mágnifica esencia tu sonido.
Afuera extraños,
las ventanas entreabiertas,
el efímero pasar de los años,
y mi piel que sigue sedienta.
Camino y bordeo,
me revelas deseo,
qué son esas delgadas fisuras,
que me desbordan en locura.
En el reloj se ha detinido el tiempo,
como aquello que apenas me desvía,
silencio, que tu aliento hace simpatía,
despacio, que es lo que he esperado toda mi vida.
Que frío intenso en mi espalda,
que es calido al estar juntas,
tu y mi alma.
Ahora es sincero, ahora me sostengo,
Ahora con más razón sueño,
Ahora con más jucio te recuerdo.
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